Cuando para mí eran los trigos viviendas de astros y de dioses,
y la escarcha los lloros helados de una gacela,
alguien me enyesó el pecho y la sombra, traicionándome.
Ese minuto fue el de las balas perdidas;
el del secuestro, por la mar, de los hombres que quisieron ser pájaros;
el del telegrama a deshora y el hallazgo de sangre;
el de la muerte del agua que siempre miró al cielo.
(de Sobre los Ángeles)
PRÓLOGO
“El Mal Minuto” de Rafael Alberti nos muestra un ángel traicionado, que vive un instante de desesperación. Frente a esas traiciones del propio espíritu, ante ese vagar desesperado y sin sombra, surge la esperanza de la literatura, al igual que unas alas sin ataduras y sin más impulsos que los del sentimiento y la imaginación.
He aquí una muestra de esas alas, de esa traición evitada, de esos ángeles raudos por el cielo abierto de nuestra libertad.
Os dejo con algunos de mis poemas -los que ya he publicado y los que nunca publicaré- y con algunos textos que, entre novela y novela, he ido ofreciendo a diversas publicaciones, revistas, etc.
Espero que estos minutos literarios que compartimos ahora te sirvan para, al menos, evadirte de los otros malos minutos que nos acosan a diario.